
Lama Donbroud, acompañado de Marta Prado, también ponente del Festival Solidario Nosolocoaching, que se celebrará este domingo en Santiago, Daniel Álvarez, organizador y María Moldes, representante de Fundación Vicente Ferrer.
Ofrecido por:
Lama Dondrub hace el Camino de Santiago: "La mente no tiene límites"
La capital gallega acoge este 6 de abril Nosolocoaching, un evento que contará con ponencias impartidas por expertos en liderazgo y desarrollo personal
Lama Dondrub es maestro budista desde hace más de 15 años y esta semana está en Galicia, donde realiza el Camino de Santiago en el marco del festival solidario Nosolocoaching. El evento, que contará con ponencias impartidas por expertos en liderazgo y desarrollo personal, se celebra el 6 de abril en Santiago de Compostela.
Las entradas se pueden adquirir en la página web de Instituto Ben Pensante y la recaudación será destinada de manera íntegra a la protección a la infancia en situación de pobreza extrema que está realizando la Fundación Vicente Ferrer en diferentes regiones de Nepal.
Un evento solidario que se celebra de la mano de una comunidad cuyos coaches han hecho el Camino de Santiago esta semana acompañados, entre otros, por Lama Donbroud. En Quincemil hemos conversado con él sobre el desarrollo personal y la importancia de dedicarse tiempo a uno mismo.
¿Quién es Lama Dondrub?
Es el nombre con el que se me conoce dentro del mundo budista, el que me dio mi maestro hace ya muchos años. Tengo 58 años, nací en Sabadell y desde muy joven, ya a los 15 años, empecé a notar una llamada especial del mundo espiritual.
A los 20 años dejé el negocio familiar para empezar a construir una comunidad budista con mi maestro en aquel momento. Actualmente, vivo en la comarca de El Maresme, y me dedico a enseñar, a meditar, a impartir cursos de filosofía budista a sus discípulos y a personas de cualquier ámbito que lo consideren interesante.
¿Cómo ha sido tu camino hasta llegar a ser maestro budista?
Ha sido interesante, porque durante la época primera nunca fue mi intención ser un maestro budista, me dediqué a practicar budismo, a hacer varios retiros de meditación, a fundar centros de dharma y a conocer a muchos maestros espirituales, algunos de los más importantes del budismo tántrico o vajrayana.
Las primeras fases fueron las de vivir en comunidad aplicando todo lo que me aconsejaban, lo mejor que supe, y llegó un momento en el que mis maestros decidieron que iba a servir a los demás, me consideraron lama y que podía empezar a transmitir mis experiencias directas como forma de inspirar a los demás. Hace ya 10 años que viajo por el mundo compartiendo mis conocimientos y generando grupos de practicantes en diferentes lugares de España, Perú y Bolivia.
"Vamos a dar una oportunidad a la paz, al diálogo y a la negociación. Si eso fracasara veremos qué hay que hacer"
¿Cómo puede ayudar la filosofía budista en el desarrollo personal, la convivencia y la gestión emocional?
La filosofía budista surge de un señor que hace 2.600 años que consiguió superar todas sus dudas, sus limitaciones, que le estaban generando sufrimiento. Alcanzó un estado denominado 'despierto', porque desde aquí pudo observar como funciona la mente, qué es un ser humano: una composición de varias partes que si no están bien entrenadas, es la información de ese sistema la que va tomando el control del día a día y genera en los seres sensación de falta de claridad, de conocimiento y de conexión con la vida que los conduce a una sensación de vacío, de oscuridad, de sufrimiento.
Es la propia búsqueda de la felicidad lo que hace que los seres sufran. El budismo da herramientas para que aquellos seres que quieran salir de este espacio en el que sufrimos, nos quejamos y no sabemos como salir. La visión budista es que somos los responsables de que nuestra consciencia esté lo más clara y limpia posible, y desde ahí se tomen las decisiones del día a día.
El budismo ayuda al autoconocimiento, a la autogestión, al conocimiento de como funcionan los pensamientos y las emociones, y por lo tanto el desarrollo personal es mucho más fácil si conoces las partes que forman el ser que somos y si te dan herramientas para que uno mismo sea capaz de ir modulando todo ese mundo interior y haciendo que la mente esté verdaderamente en disposición o en actitud de manifestar su potencial luminoso.
¿Cómo crees que ha evolucionado la conciencia de las personas hacia el autoconocimiento? ¿Nos conocemos realmente?
En budismo se considera que es difícil conocerse a sí mismo si no le dedicas el suficiente tiempo. Una cosa es tener ideas de cómo funcionamos, de cómo funciona nuestra mente, y otra bastante diferente es saber gestionar esa mente. La verdad es que hay grandes movimientos de personas que se están abriendo en este tipo de mensajes, y por lo tanto hay bastantes personas que están en el camino de autoconocimiento y evolución, pero ahora mismo hay mucha gente en el mundo, el porcentaje es mucho mejor que hace años o siglos.
Ahora hay mucho conocimiento, muchas ideas. Incluso la ciencia está hablando mucho de las partes que conforman al ser humano, y lo hace con ideas muy parecidas a las que expuso Buda hace 1.600 años. Hay conocimiento y ganas. Estamos en un camino de investigación personal diferente a lo que entendía la gente de la forma segura de practicar la espiritualidad hace 40 años cuando yo empecé.
El budismo y otras técnicas y tradiciones ya no se ven como algo tan negativo o nefasto, y se está más abierto a este tipo de ideas. A nivel personal estoy más tranquilo, no veo el rechazo que se generaba hace 40 años. Cuando me reúno con personas veo verdadero interés de conocerse y mejorar el mundo desde dentro, desde ser uno mejor.
"Estamos muy ocupados, con mucho estrés, es complicado dedicarle tiempo y energía de calidad a lo que es verdaderamente importante"
¿Afrontamos, habitualmente, de forma correcta los retos que se ponen ante nosotras?
Cada vez estamos en una sociedad más compleja. La verdad es que cada vez vivir es más difícil, tienes que saber más cosas, cada vez hay menos espacio para la improvisación y la inspiración según como. Los retos del día a día desde la visión budista y la mía personal pasan todos imprescindiblemente por vivirlos de forma directa y aprender directamente de lo que está ocurriendo, de lo que nos está pasando.
A veces no meditamos o reflexionamos suficiente sobre las cosas que están pasando, buscamos soluciones rápidas, que el proceso de efectividad se vea cuanto antes, queremos resultados con mucha rapidez. Esto hace que no se vaya a la profundidaz de los temas, buscamos soluciones más superficiales. Como la esperiencia vital es cíclica, no aprovechamos suficientemente lo que nos está ocurriendo para de verdad aprender y transformarnos. Estamos muy ocupados, con mucho estrés, es complicado dedicarle tiempo y energía de calidad a lo que es verdaderamente importante.
¿Qué es lo más importante a la hora de sentirse bien con uno mismo?
Tener en cuenta como son las dos comunicaciones que constantemente mantenemos todos los seres humanos. Hay una conversación que es interna: tus pensamientos, tus ideas, tus pensamientos... Todo eso que solo tú sabes. Hay que aprender a hablarse, a comunicarse con uno mismo, hay que aprender a quererse, a ser paciente y generoso con uno mismo, darse tiempo para tener más conocimiento.
La comunicación externa es como comunicamos a los demás nuestro mundo interno. Es muy habitual en mi entorno y en mi mismo querer expresar algo y ver que lo que los demás reciben no es lo que yo quiero expresar. Tenemos sentimientos muy bonitos, muy positivos, de amor hacia alguien pero cuando lo expresamos a la otra persona le sienta mal, incluso se ofente.
Hay una falta de habilidad en lo que realmente queremos compartir con el mundo. Hay que aprender a estar bien contigo mismo, a comunicar esto al entorno para enriquecerlo y mejorarlo porque cuando uno sabe que está aportando en la mejora, que está mejorándose uno mismo y aportándolo a los demás, la sensación que tiene es de satisfacción y de que vale a la pena vivir.
Las etapas en las que dudas de si tu existencia tiene un sentido más allá de conseguir sobrevivir... son etapas grises, les falta sentido. Encontrar ese sentido en la vida cuanto antes es fundamental.
"Una cosa es el dolor que en un momento dado puedas tener y otra cosa diferente es lo que genera tu mente ante ese dolor"
Promueves la filosofía de la ayuda: "Si creces ayudas, y si ayudas creces". ¿Por qué?
Si crezco ayudo porque estamos todos interrelacionados con las personas con las que habitamos y convivimos, estamos en retroalimentación constante unos de otros. Si yo soy capaz de mejorar lo que yo soy, todas las personas que están relacionándose conmigo, podrán experienciar algo mejor, más luminoso, más elevado. Por lo tanto, crecer ayuda.
Además, cuando está bien consigo mismo lo único que se le ocurre respecto a los demás es mejorarlos, cuando estás bien ya no esperas tanto que los demás hagan cosas positivas para devolver favores: cuanto tú estás bien, lo que te apetece es que los demás estén bien.
Y si ayudo crezco, porque la máxima ayuda que puedo hacer es participar de la forma que yo pueda en la maduración de las mentes de otros seres. Ayudar a que los seres sean verdaderamente felices porque les ayude a encontrar esa luz de la cual hablamos, esa consciencia. Para ayudar en este proceso uno tiene que aprender, que ser valiente, superar cosas, animarse mucho, superar muchos obstáculos. Las ganas de ayudar de verdad te obligan a estudiar, a practicar, a crecer, a evolucionar...
Vas a hacer o estás haciendo el Camino de Santiago. ¿Qué aporta esta ruta? Y a ti personalmente, ¿qué te aporta?
Vivo el Camino de Santiago como un retiro, un apartarme de mi cotidianidad, de mis preocupaciones diarias que necesitan mucha energía por mi parte, en un entorno natural, hermoso, de buena vibra, y darme espacio para disfrutar de pequeñas cosas, de andar. Disfrutar de no apartarte del camino, de ver las pistas, de superar cansancio, dolores, inquietudes...
El Camino de Santiago es un retiro andando, y en un retiro aprendo mucho de mi mismo. Cuando salgo de hacer alguna etapa me voy con la sensación de que ha valido mucho la pena, me voy mucho mejor conmigo mismo, mucho más armonizado. Todas esas inquietudes que tenía antes, se han disuelto.
Hay personas que no entienden, dicen que no hace falta sufrir para crecer. Les digo que no hace falta que sufrás más para crecer, pero ser capaz de aprender de tu propio sufrimiento, ver como la mente a veces sin necesidad, genera sufrimientos sin ninguna lógica. Una cosa es el dolor que en un momento dado puedas tener y otra cosa diferente es lo que genera tu mente ante ese dolor. Hacer etapas de 20 kilómetros te obliga a dudar si seguir o no, pero aprendes a caminar más despacio, a conectar con la naturaleza.
O si vas en grupo, como es mi caso, descubres la magia del grupo: a lo mejor por ti mismo no te seguirías esforzando, pero cuando ves a los demás que están cerca tuyo, que esperan, es fantástico, nutre muchísimo. El Camino de Santiago, sobre todo en esta etapa de Santiago a Fisterra, hay algún tramo que cuesta, pero cuando llegas... entiendo que en algún momento de la historia pensaran que más allá ya no había más tierra.
En la vida nos pasa igual: no vemos toda la capacidad interior que tenemos, nos parece que hemos llegado a nuestro límite, pero la mente no tiene límite y a veces es ir más allá del límite autoimpuesto. Para mi, llegar a Fisterra, es un ir más allá.
"Hay situaciones en las que no te hace falta un experto, en las que uno puede ir haciendo prueba-error y si te equivocas no pasa nada. Pero hay otros momentos en la vida en los que es vital que un experto que te ayude a tomar las decisiones"
Santiago de Compostela acoge el 6 de abril el Nosolocoaching 2025. ¿Por qué es importante que se celebren este tipo de eventos?
Estos eventos son imprescindibles hoy en día. Son lugar en el que personas con intención de crecer y aprender, y de compartir esto con los demás, se juntan generando un ambiente súper especial. Estos encuentros ayudan el día que ocurren porque hay mucha retroalimentación, muchas personas investigando sobre temas importantísimos en este camino de hacer de la vida algo con sentido.
Nos dan información potente. Cuantas más personas hay, más energía hay y por lo tanto más fuerte se graba el mensaje en ese entorno, es una forma de grabar mensajes positivos en las mentes de los que asisten pero también en los de alrededor. En física cuántica han descubierto que hay electrones que forman parte de nuestro cuerpo que están a 500 metros de donde estamos ahora mismo, imagina lo que se puede llegar a emitir cuando tantos seres se juntan.
Es una especie de faro. Estoy convencido de que hay personas que necesitan energía fuerte para que presten atención porque estamos despistados, en el día a día es muy fácil estar distraído, se necesitan eventos fuertes y actividades potentes para llamar la atención. Este tipo de evento es un llamamiento a una búsqueda, a la investigación, y también da esperanza a personas que están a medias y todavía no han descubierto estos recursos y puedan tener un camino más claro.
¿Es importante acudir a expertos a la hora de poder evolucionar en nuestro desarrollo personal?
El camino interior tiene sus complejidades, no hay que perder la oportunidad de estar cerca de personas que han dedicado vida a descubrir, investigar y comunicar esos conocimientos. Hay situaciones en las que no te hace falta un experto, en las que uno puede ir haciendo prueba-error y si te equivocas no pasa nada. Pero hay otros momentos en la vida en los que es vital que un experto que te ayude a tomar las decisiones.
Estar cerca de expertos no quiere decir que tú pierdes tu libertad, es uno de los miedos que puede haber: cuando estamos cerca de personas que saben mucho nos va a parecer que es mejor que ellos tomen las decisiones importantes de tu vida. Si esto es lo que ocurre, no vamos bien: los expertos deberían ayudarnos a tomar nosotros mismos las mejores decisiones.
Los expertos en algún momento pueden caer en la trampa de pensar que el poder es la información, y eso puede generar que las personas que están alrededor tengan sensación de precaución. Los expertos lo son por vivencia: cuando se hacen mayores, llega un momento en el que todo lo que has vivido y experimentado, si no lo compartes, ¿qué valor tiene? El valor de tu vida es que la puedas compartir.